Todos tenemos momentos decisivos en nuestras vidas, experiencias significativas que se quedan grabadas en nuestra memoria. Muchos de ellas pasaron simplemente por azar: un afortunado encuentro con alguien que se convirtió en el amor de nuestras vidas. Una buena charla con un amigo que nos cambió la idea de lo que queríamos estudiar y dedicarnos; darnos cuenta un día que no queríamos pasar más tiempo en ese trabajo que no nos gustaba, etcétera Estos momentos parecen ser producto del destino o la suerte.
Pero, ¿podemos controlar los momentos mágicos e inolvidables de nuestras vidas?
Algunos ciertamente sí, otros no…
¿Cómo funcionan los recuerdos mágicos?
Las investigaciones a nivel psicológico han descubierto que, al recordar una experiencia, ignoramos la mayor parte de lo que sucedió y, en cambio, nos centramos en algunos momentos en particular. La gente en general recuerda una experiencia basándose en dos momentos claves, conocidos como el “pico” “el final”.
Así que cuando evaluamos nuestras experiencias, no promediamos nuestras sensaciones minuto a minuto. Más bien, tendemos a recordar momentos emblemáticos: los ya mencionados picos.
Lo bueno no se olvida
¿Te has preguntado alguna vez qué sucede en el cerebro cuando recordamos buenos momentos? Al ser estos recuerdos gratificantes, el cerebro reacciona activando el sistema de recompensa, envía señales para que se libere un neurotransmisor responsable de las sensaciones placenteras, la dopamina, y eso nos hace sentir bien y aumenta la motivación.
Así que cuando obsequiamos un regalo inolvidable no es que el presente físico en sí sea el motor de placer o felicidad, sino es el tiempo compartido, las experiencias, los momentos lo que marcan.
El mejor regalo para nuestras parejas
En vísperas de navidad, solemos rompernos la cabeza pensando en cuál o qué sería el mejor regalo que podemos darle a nuestras parejas. Ya vimos que los regalos físicos no son precisamente lo que más atesoramos en la memoria; a veces terminan arrumbados en un rincón de nuestros roperos, como en el caso de la ropa y los zapatos. En otros casos, los perfumes se acaban, y los gadgets con su obsolescencia programada son desechados y olvidados.
Si de verdad quieres hacer un regalo inolvidable, dale a tu pareja una experiencia que ambos puedan recordar al paso del tiempo y que sea eterno. Nosotros te recomendamos un momento de bienestar en pareja, que puede ser un masaje y un facial, tres horas de relajación y una experiencia que lo unirá y que recordarán como un gran regalo de navidad.
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